La lucha de clases, es el motor
de la historia. Los grandes cambios sociales, han sido conseguidos como
consecuencia de las luchas de los trabajadores, es decir, que ninguna de ellos,
han sido dádivas de nadie y menos de las clases dominantes.
La base de la economía
capitalista, no es otra cosa que la apropiación del plus valor generado por los
trabajadores en el proceso de producción de bienes materiales, plus trabajo de
que se apropian los patrones, como dueños de los medios de producción, o sea, de las materia prima y los medios
necesarios para producir los bienes materiales.
La apropiación del plus trabajo generado por
los trabajadores, ha sido la causa de la explotación de la que es objeto la
clase trabajadora y especialmente, el proletariado, la
clase que no tiene otro bien que su fuerza de trabajo que lo ofrece en el
mercado, como una mercadería. En la sociedad capitalista, las aspiraciones de
los trabajadores, no han sido otra cosa que conseguir mejores condiciones
materiales de trabajo y mejores salarios, salarios que no solo les permitan
reponer su fuerza de trabajo, sino que permitan al trabajador y a su familia, acceder
a un modo de vida digna, a una vivienda, a los servicios básicos y a la cultura
en todas sus formas. El salario, no es, en consecuencia, solo el precio de los
recursos necesarios para reponerla, sino también de los medios necesarios para
garantizar la superación material y cultural de la clase obrera.
La lucha de clases, es el
resultado necesario de las luchas de los trabajadores no solo por mejorar sus
condiciones materiales de vida, sino también para liquidar la explotación de
que es objeto como consecuencia de la propiedad privada de los medios de producción,
y el establecimiento de la sociedad socialista como su destino histórico.
Las luchas de los trabajadores
para conseguir mejores condiciones de trabajo, ha sido una lucha a muerte, y ha
estado regada con su sangre. En ningún momento de la historia, el sector
patronal, soltó un solo centavo en favor de los trabajadores como una dádiva,
sino que fueron resultados de largas y cruentas luchas. En el camino, han
quedado hombres, mujeres y niños inmolados por la voracidad de los patrones.
Carlos Marx explica, en su primer
Tomo de “El Capital”, cual ha sido la forma como se produjo la acumulación
originaria del capital que no ha sido sino consecuencia de la explotación más
despiadada que permitió a la burguesía, a proyectar la economía del mundo a
niveles nunca vistos. En consecuencia, el Primero de Mayo de 1886 que se
recuerda como el día de los trabajadores, no es otra cosa que un momento en la
historia de los trabajadores por lograr derechos fundamentales.
El Congreso de la Segunda Internacional,
declaró el Primero de mayo como Día de Trabajador, en memoria de los caídos en
Chicago por conseguir la institucionalización de jornadas de ochos horas de
trabajo. En Bolivia, se festejó por primera vez en 1906 y se estableció en
forma oficial en 1907 durante el gobierno de Ismael Montes, cuando el
sindicalismo boliviano aún daba sus primeros pasos, a partir del mutualismo
precapitalista. Desde entonces, todo lo que se consiguió, fue a costa de la lucha
sacrificada de la clase obrera. La feudalidad agrícola y minera de nuestro país,
que cambiaba el Poder del Estado de mano en mano dentro del círculo dominante,
persiguió, reprimió, torturó, asesinó, exilió a los trabajadores, para fomentar
el tardío proceso de incorporación de nuestro país, en el capitalismo, a la cola de los restantes países del área. La
fortuna de que disfruta la oligarquía boliviana, está teñida de la sangre de
los obreros.
Nada nos debe extrañar en la
historia económica y política de nuestro pueblo. Todos los gobiernos, no han
sido otra cosa que administradores de los intereses de las oligarquías, bajo el
signo que fuera, desde las infaustas y falaces “democracias”, hasta las
dictaduras más sanguinarias. Las dictaduras militares cumplieron el rol de
restablecimiento de la institucionalidad de la dominación en momentos de
agravamiento de las crisis sociales. Luego de dolorosas experiencias, en 1952,
se fundó la COB, como consecuencia de las presiones de las masas trabajadora.
Esta institución no solo representaba a los trabajadores manuales, sino que aglutino
en su seno a sectores como los estudiantes, los maestros o los jubilados y
otros sectores populares.
La Asamblea del Pueblo de 1971,
fue una aproximación a la constitución del Poder Popular, fallida como
consecuencia de la inconsecuencia de algunos sectores, entre ellos, los
resabios del nacionalismo revolucionario incrustados en la COB. Años después, en 1985, el viejo Doctor Víctor
Paz, “artífice” de la Revolución Nacionalista de 1952, en la etapa reaccionaria
del nacionalismo, impuso el neoliberalismo como una receta del BM, el FMI y
otros organismos financieros internacionales. Como consecuencia de ellos, el
Nacionalismo Revolucionario, impuso graves ajustes estructurales que recayeron sobre
los salarios de los trabajadores, echando a la calle a miles de trabajadores en
las minas, como en las ciudades.
Años después, cuando creímos que
las condiciones de maduración de las masas nos conducían a la formación de un
gobierno nacional y popular, en 2006, se entronizó el populismo masista con el
respaldo de los cocaleros y las llamadas “organizaciones sociales” (de carácter
corporativo) que no eran otra cosa que los sindicatos campesinos, al servicio
de un modelo populista de una causa que no era la causa de las mayorías
nacionales.
En cuanto al movimiento obrero, en los
primeros días de su gestión gubernamental, el populismo masista desplegó, como
tarea fundamental que le permita ejercer contenerlo en los límites del
colaboracionismo, toda una política de cooptación de los sindicatos de toda
naturaleza y dentro de estos, a la propia Central Obrera. Este trabajo de
cooptación y de servilismo, se materializó en la nefasta Tesis de Tupiza, del
XVI Congreso Ordinario de 2016 que prostituyó a la máxima organización de los
trabajadores bolivianos como una corporación más y los sometió a los apetitos
prorroguistas de Evo Morales. A partir de eses momento, la COB dejó de ser el
referente, el interlocutor, el mediador, el representante de las organizaciones
populares, no solo de sectores de trabajadores, frente al Estado, y se
transformó en una organización social más despojada de sus objetivos
históricos, hasta reducirla al mismo nivel operacional de la CONALCAM (corporativo),
despojada de su rol histórico.
Este Primero de Mayo, como desde
hace doce años, nos muestra que el enemigo principal, es decir, el capitalismo
y sus lacayos de todo color, tienen muchos rostros: uno de los más nefastos, es
el rostro del populismo (que bloquea toda perspectiva revolucioanria) contra el
que debemos combatir ideológicamente en todos los escenarios de la lucha de
clases, no solo para desnudarlo frente a
los trabajadores de Bolivia, sino derrotarlo política e ideológicamente junto a
los trabajadores, el pueblo y los sindicatos de base, para superarle al engendro
populista, que expresa el Movimiento al Socialismo.
Las organizaciones políticas del
campo popular, sobre todo las organizaciones políticas de la izquierda marxista
o clasista y revolucionario, tienen el deber de denunciar la bastardía del CEN
de la COB. La experiencia nos ha demostrado que la clase obrera, no es
revolucionaria por si misma, sino su naturaleza revolucionaria, depende del
nivel de su formación, conciencia de clase y maduración política. Para esto, no
bastará le denuncia, sino que es necesario llevar a cabo una tarea de
esclarecimiento político y una lucha sin
cuartel en los sindicatos, en las organizaciones de base de los trabajadores,
cualquiera sea el sector, sean mineros u obreros industriales, trabajadores
dispersos en el campo, en los barrios marginales, entre los intelectuales, los
jubilados, los maestros y en general de
todos los trabajadores para rescatarlos del marasmo del populismo masista,
pseudo indigenista y pseudorevolucionario. La lucha ideológica debe ser incansable
y sin cuartel. Ni un paso atrás.
Cada día que pasa nos muestra
cómo la corrupción está terminando por pudrir al populismo masista que no puede
ser contenida ni por medio de la sumisa e incondicional de tribunales y jueces
prebendalizados.
En este contexto, debemos
denunciar que el llamado “aumento de salarios”, no es, ni siquiera una
reposición del perdido valor adquisitivo perdido durante este año y por tanto,
es una ofensa a los trabajadores. La propuesta del gobierno que seguramente se
cocinará con el respaldo de la COB, no es otra cosa que el resultado de la
sumisión del gobierno ante la empresa privada, ante quienes consulta diligentemente
el aumento de sueldos y salarios. El “tonto útil” de esta operación, es la dirección
populista de la COB que no tiene valor,
ni la moral para interpelar al Estado burgués,
porque recibió el precio de su claudicación, no hace días atrás, regalos o
donaciones del gobierno, como cualquier cortesana del poder.
Se ha acabó la bonanza de los
precios internacionales de las materias primar y más temprano que tarde, el
gobierno castigará al pueblo con medidas draconianas de ajuste que deberá pagar
los salarios de los trabajadores. El cuento de la industrialización solo ha
puesto en descubierto una estructura corrupta que se alimenta de los
sobreprecios y los diezmos y la mayor parte de los ministerios e instituciones
públicas, están hundidos en el lodo de la corrupción. La respuesta del
movimiento obrero y popular, será la denuncia y la resistencia sostenida; para
esto, debemos extirpar el oportunismo de los dirigentes prebendales, no solo de
los sindicatos, sino de las Federaciones y la propia CENTRAL OBRERA. Para esto,
es necesario derrotar en las bases a la COB populista, corrupta, oportunista y
prebendal. Debemos mandar al basurero de la historia la colaboracionistas y
traidora Tesis del XVI Congreso de Tupiza y reponer la Tesis Socialista de 1970
por ser clasista y revolucionaria, la que nos debe plantear nuevas estrategias
y nuevos objetivos de lucha.
¡LA LIBERACIÓN DE LOS
TRABAJADORES, SERÁ OBRA DE ELLOS MISMO!
¡RESCATEMOS LA
TRADICIÓN REVOLUCIONARIA DE LA CENTRAL OBRERA BOLIVIANA!
¡RESTABLECER EL
CARÁCTER REVOLUCIONARIO DE LOS DOCUMENTOS ORGÁNICOS DE LA COB!
¡LEALTAD A LOS
ESTATUTOS ORGÁNICOS DE LA COB!
¡VIVA LA TRADICIÓN
REVOLUCIONARIA DEL PROLETARIADO BOLIVIANO!
¡EL PROLETARIADO
MINERO DEBE RECUPERAR SU ROL HISTÓRICO DE VANGUARDIA DEL MOVIMIENTO OBRERO Y
POPULAR!
¡LA COB
REVOLUCIONARIA DEBE VOLVERÁ AL SENO DE CONADE Y ENCABEZAR LA LUCHA POR EL
RESCATE DE LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS!
¡VIVA EL PRIMERO DE
MAYO!
¡EL PROLETARIADO
BOLIVIANO DE PIE, NUNCA DE RODILLAS!
¡POR NUESTRA CLASE Y
POR NUESTRO PUEBLO!
¡LA REBELION SE
JUSTIFICA!
Por el Secretariado Nacional
PARTIDO COMUNISTA DE BOLIVIA
(REVOLUCIONARIO)
La Paz, 27 de abril de 2018.