martes, 1 de mayo de 2018

¡VIVA EL 1° DE MAYO CLASISTA Y REVOLUCIONARIO!



Los comunistas, en el día internacional de los trabajadores, saludamos efusivamente a nuestra clase, el proletariado mundial, a los pueblos y naciones oprimidas del tercer mundo.

Saludamos fraternalmente la heroica lucha de los pueblos de Filipinas, India, Perú, Afganistán, Siria, Palestina, Turquía y otros pueblos en contra de la reacción, el fascismo y el imperialismo, principalmente el imperialismo yanqui.

Saludamos a los trabajadores de Francia, que se enfrentan heroicamente frente al gobierno más servil y reaccionario de Macron.

La superpotencia imperialista yanqui en decadencia y las potencias imperialistas emergentes, se disputan entre ellos por un nuevo orden mundial y nuevo reparto mundial, esta colisión interimperialista se expresa en guerras locales, regionales y con tendencia a la tercera guerra mundial; y cuando sus intereses comunes coinciden se coluden, en contra de los intereses y derechos de los pueblos del tercer mundo.

La gran burguesía internacional, sus instituciones financieras, y el imperialismo yanqui aplican planes y proyectos de toda índole en los países del tercer mundo para detener la lucha de los trabajadores y los pueblos, mediante ideologías de apariencia liberadora y revolucionaria para confundirlos y así alejarlos de sus objetivos estratégicos de clase. El posmodernismo, el transmodernismo y sus expresiones culturalistas que degeneraron en populismo, sirven a tales propósitos de dominación y solo buscan reformar el Estado burgués con discurso pseudorevolucionario, para hacerlo más funcional dentro del sistema capitalista en crisis.

Cualquier lucha o proceso que no esté vanguardizado por su destacamento político armado de ideología marxista leninista, terminará ineluctablemente sirviendo a la reacción y al imperialismo, de ahí la importancia de imponer la ideología del proletariado, porque es la única todopoderosa a la que sus enemigos de todas las especies temen.

Los trabajadores, en este día de gran trascendencia histórica, en homenaje a los mártires de Chicago y del proletariado internacional, debemos reafirmar resueltamente nuestra lucha inclaudicable contra el capitalismo, el imperialismo, la reacción, el fascismo y el corporativismo,  combatiendo ideológicamente  la impostura  de teorías contrarrevolucionarias y el populismo que dificultan y se oponen al despliegue de la lucha clasista y revolucionaria de los trabajadores, y abonan el terreno para un proceso inevitable de derechización y fascistización de la sociedad, principalmente de la clase media urbana y rural.

¡VIVA EL DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR!
¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡ABAJO LA REACCION Y EL IMPERIALISMO!
¡POR NUESTRA CLASE Y POR NUESTRO PUEBLO!
¡LA REBELION SE JUSTIFICA!

viernes, 27 de abril de 2018

HONOR Y GLORIA AL CAMARADA CARLOS BALDERRAMA JEREZ, GRAN MARXISTA LENINISTA DE LA OTRORA Y GLORIOSA JUVENTUD COMUNISTA DE BOLIVIA



 En agosto del año 1985, la “Fracción Roja” del Partido Comunista de Bolivia había remecido a la dirección revisionista de la que se diferenció orgánica y políticamente, para construir o reconstituir un Partido Comunista de nuevo tipo con la firme convicción de que la esencia de la lucha política es la toma del poder para destruir el viejo y putrefacto viejo estado boliviano, y edificar sobre sus escombros un nuevo estado, nuevo poder y nueva democracia.
Casi la totalidad de la Juventud Comunista de Bolivia, con denodada convicción inquebrantable se había alistado entusiastamente en la posición de la Revolución, cuando la Unidad Democrática y Popular (UDP) y dentro de ella el viejo PCB, habían sido derrotados por el neoliberalismo, y donde el imperialismo desplegaba la gran contraofensiva reaccionaria contra los trabajadores y pueblos del tercer mundo, para luego finalmente proclamar a los cuatro vientos, la verdad única del capitalismo triunfante, la globalización , la desideologización, la inviabilidad del socialismo, etc.
Cuando todo parecía sombrío y adverso para las filas revolucionarias, desde el Perú un faro empezaba a iluminar el mundo señalando el camino hacia la ofensiva revolucionaria frente a la reacción, el imperialismo y el revisionismo. Otro mundo aun era posible, la humanidad no había renunciado ni renunciaría jamás al comunismo. En nuestro país el modelo neoliberal del capitalismo se imponía a sangre y fuego reorganizando el viejo estado boliviano en crisis. Los trabajadores y el pueblo resistieron con estoicismo de clase hasta el cerco militar en el histórico pueblo de Calamarca. Sin embargo, el heroico proletariado minero no se había rendido jamás, desde el altiplano hacia escuchar con toda vehemencia su grito de rebelión a todos los pueblos del tercer mundo: ¡“los mineros volveremos”!
La militancia de la “Fracción Roja” (PCB V Congreso) estaba ahí, firme y en la primera línea, al lado de los trabajadores y de su pueblo, resistiendo junto a las insurrectas masas al modelo neoliberal. Fueron estas circunstancias de la cruda contienda clasista que comprometieron aún más a nuestra militancia, como un contingente de marxistas leninistas, verdaderos soldados rojos del proletariado y de nuestro pueblo, resueltos a luchar sin cuartel en contra la reacción, el imperialismo y el revisionismo. Por eso, tampoco ni hoy se detiene nuestra lucha en el terreno ideológico, ni tiene límites para desenmascarar la impostura del populismo masista, sus ONGS Y Fundaciones que son financiados por las instituciones financieras de la gran burguesía mundial y las instituciones financieras del imperialismo, quienes bloquean toda perspectiva revolucionaria de los trabajadores y nuestro pueblo, y nada menos con el apoyo incondicional y equivocado de quienes se consideran revolucionarios, que asisten en la reorganización del viejo Estado boliviano, ahora en su nueva forma: el Estado Plurinacional.
La entonces dirección revisionista del viejo Partido Comunista de Bolivia, siempre consideró como reserva y auxiliar a la Juventud Comunista de Bolivia, destinada a obedecer incondicionalmente la línea política revisionista. En el pasado, valiosos “jotosos” fueron expulsados por el revisionismo bajo el estigma de aventureros, foquistas, provocadores, guerrilleristas, maoístas, etc. Sin embargo, la “fracción roja“ de comunistas que nos constituimos en un gran contingente a partir del V Congreso del viejo PCB el año 1985, al diferenciarnos orgánica y políticamente en la perspectiva de construir un Partido Comunista de nuevo tipo, demostró la conducta ejemplar de varios de sus militantes cumpliendo disciplinadamente tareas revolucionarias. Uno de sus mejores cuadros, el camarada Carlos Balderrama Jerez, fue todo un comunista, un verdadero marxista leninista, cualitativamente superior a la entonces apoltronada dirección revisionista del viejo PCB que, había hecho un modo de vida, al cebarse de la ayuda económica de la exUnión Soviética, dependencia que no le permitió asumir el mando y guía de la revolución cuando las condiciones estaban dadas en nuestro país.
Carlos Balderrama Jerez, universitario estudiante de la Carrera de Sociología de la UMSA, destacado militante disciplinado de la Juventud Comunista de Bolivia y fundador del Eje de Convergencia Patriótica, y ex dirigente de la FUL de la UMSA, asumió disciplinadamente la tarea revolucionaria de un modo incondicional, como vivo paradigma del hombre nuevo templado en la fragua de la todopoderosa e invencible ideología del proletariado, el marxismo leninismo, verdadero bolchevique, soldado rojo del proletariado y de nuestro pueblo.
Fue el 28 de abril de 1989, en la emboscada de “Los Molinos”, (Jauja Perú), donde nuestro camarada ofrendó su vida de pie, firme sin doblar las corvas y con las botas bien puestas, de frente a los perros guardianes del viejo estado peruano, regando generosamente su sangre sobre nuestra América morena, por la liberación nacional de los pueblos y naciones oprimidas, por los pobres y humildes, por el Socialismo Científico y el Comunismo, así como lo hicieron en otras latitudes del planeta, los bravos bolcheviques, los partisanos y cuantos combatientes soldados rojos del proletariado.
Honor y gloria al camarada Carlos Balderrama Jerez, valioso hijo del pueblo, ejemplar cuadro de la “Fracción Roja” nucleado en el PCB V Congreso para construir un gran Partido Comunista de nuevo tipo, un gran marxista leninista, militante de la otrora Juventud Comunista de Bolivia, al igual que Inti Peredo, Aniceto Reynaga, Jorge Vásquez Viaña, Coco Peredo, y otros comunistas de estirpe clasista y revolucionario, que no sin antes de ser traicionados por la entonces dirección revisionista del viejo Partido Comunista de Bolivia, cayeron heroicamente en el combate frente al enemigo de clase.

¡GLORIA AL CAMARADA CARLOS BALDERRAMA!
!VIVA LA OTRORA Y GLORIOSA JUVENTUD COMUNISTA DE BOLIVIA!

PRIMERO DE MAYO: ! LA LUCHA SIGUE¡



La lucha de clases, es el motor de la historia. Los grandes cambios sociales, han sido conseguidos como consecuencia de las luchas de los trabajadores, es decir, que ninguna de ellos, han sido dádivas de nadie y menos de las clases dominantes. 

La base de la economía capitalista, no es otra cosa que la apropiación del plus valor generado por los trabajadores en el proceso de producción de bienes materiales, plus trabajo de que se apropian los patrones, como dueños de los medios de producción,  o sea, de las materia prima y los medios necesarios para producir los bienes materiales.

 La apropiación del plus trabajo generado por los trabajadores, ha sido la causa de la explotación de la que es objeto la clase trabajadora y especialmente, el proletariado,   la clase que no tiene otro bien que su fuerza de trabajo que lo ofrece en el mercado, como una mercadería. En la sociedad capitalista, las aspiraciones de los trabajadores, no han sido otra cosa que conseguir mejores condiciones materiales de trabajo y mejores salarios, salarios que no solo les permitan reponer su fuerza de trabajo, sino que permitan al trabajador y a su familia, acceder a un modo de vida digna, a una vivienda, a los servicios básicos y a la cultura en todas sus formas. El salario, no es, en consecuencia, solo el precio de los recursos necesarios para reponerla, sino también de los medios necesarios para garantizar la superación material y cultural de la clase obrera. 

La lucha de clases, es el resultado necesario de las luchas de los trabajadores no solo por mejorar sus condiciones materiales de vida, sino también para liquidar la explotación de que es objeto como consecuencia de la propiedad privada de los medios de producción, y el establecimiento de la sociedad socialista como su destino histórico.

Las luchas de los trabajadores para conseguir mejores condiciones de trabajo, ha sido una lucha a muerte, y ha estado regada con su sangre. En ningún momento de la historia, el sector patronal, soltó un solo centavo en favor de los trabajadores como una dádiva, sino que fueron resultados de largas y cruentas luchas. En el camino, han quedado hombres, mujeres y niños inmolados por la voracidad de los patrones. 

Carlos Marx explica, en su primer Tomo de “El Capital”, cual ha sido la forma como se produjo la acumulación originaria del capital que no ha sido sino consecuencia de la explotación más despiadada que permitió a la burguesía, a proyectar la economía del mundo a niveles nunca vistos. En consecuencia, el Primero de Mayo de 1886 que se recuerda como el día de los trabajadores, no es otra cosa que un momento en la historia de los trabajadores por lograr derechos fundamentales.

 El Congreso de la Segunda Internacional, declaró el Primero de mayo como Día de Trabajador, en memoria de los caídos en Chicago por conseguir la institucionalización de jornadas de ochos horas de trabajo. En Bolivia, se festejó por primera vez en 1906 y se estableció en forma oficial en 1907 durante el gobierno de Ismael Montes, cuando el sindicalismo boliviano aún daba sus primeros pasos, a partir del mutualismo precapitalista. Desde entonces, todo lo que se consiguió, fue a costa de la lucha sacrificada de la clase obrera. La feudalidad agrícola y minera de nuestro país, que cambiaba el Poder del Estado de mano en mano dentro del círculo dominante, persiguió, reprimió, torturó, asesinó, exilió a los trabajadores, para fomentar el tardío proceso de incorporación de nuestro país, en el capitalismo,  a la cola de los restantes países del área. La fortuna de que disfruta la oligarquía boliviana, está teñida de la sangre de los obreros. 

Nada nos debe extrañar en la historia económica y política de nuestro pueblo. Todos los gobiernos, no han sido otra cosa que administradores de los intereses de las oligarquías, bajo el signo que fuera, desde las infaustas y falaces “democracias”, hasta las dictaduras más sanguinarias. Las dictaduras militares cumplieron el rol de restablecimiento de la institucionalidad de la dominación en momentos de agravamiento de las crisis sociales. Luego de dolorosas experiencias, en 1952, se fundó la COB, como consecuencia de las presiones de las masas trabajadora. Esta institución no solo representaba a los trabajadores manuales, sino que aglutino en su seno a sectores como los estudiantes, los maestros o los jubilados y otros sectores populares. 

La Asamblea del Pueblo de 1971, fue una aproximación a la constitución del Poder Popular, fallida como consecuencia de la inconsecuencia de algunos sectores, entre ellos, los resabios del nacionalismo revolucionario incrustados en la COB.  Años después, en 1985, el viejo Doctor Víctor Paz, “artífice” de la Revolución Nacionalista de 1952, en la etapa reaccionaria del nacionalismo, impuso el neoliberalismo como una receta del BM, el FMI y otros organismos financieros internacionales. Como consecuencia de ellos, el Nacionalismo Revolucionario, impuso graves ajustes estructurales que recayeron sobre los salarios de los trabajadores, echando a la calle a miles de trabajadores en las minas, como en las ciudades. 

Años después, cuando creímos que las condiciones de maduración de las masas nos conducían a la formación de un gobierno nacional y popular, en 2006, se entronizó el populismo masista con el respaldo de los cocaleros y las llamadas “organizaciones sociales” (de carácter corporativo) que no eran otra cosa que los sindicatos campesinos, al servicio de un modelo populista de una causa que no era la causa de las mayorías nacionales.

 En cuanto al movimiento obrero, en los primeros días de su gestión gubernamental, el populismo masista desplegó, como tarea fundamental que le permita ejercer contenerlo en los límites del colaboracionismo, toda una política de cooptación de los sindicatos de toda naturaleza y dentro de estos, a la propia Central Obrera. Este trabajo de cooptación y de servilismo, se materializó en la nefasta Tesis de Tupiza, del XVI Congreso Ordinario de 2016 que prostituyó a la máxima organización de los trabajadores bolivianos como una corporación más y los sometió a los apetitos prorroguistas de Evo Morales. A partir de eses momento, la COB dejó de ser el referente, el interlocutor, el mediador, el representante de las organizaciones populares, no solo de sectores de trabajadores, frente al Estado, y se transformó en una organización social más despojada de sus objetivos históricos, hasta reducirla al mismo nivel operacional de la CONALCAM (corporativo), despojada de su rol histórico. 

Este Primero de Mayo, como desde hace doce años, nos muestra que el enemigo principal, es decir, el capitalismo y sus lacayos de todo color, tienen muchos rostros: uno de los más nefastos, es el rostro del populismo (que bloquea toda perspectiva revolucioanria) contra el que debemos combatir ideológicamente en todos los escenarios de la lucha de clases,  no solo para desnudarlo frente a los trabajadores de Bolivia, sino derrotarlo política e ideológicamente junto a los trabajadores, el pueblo y los sindicatos de base, para superarle al engendro populista, que expresa el Movimiento al Socialismo. 

Las organizaciones políticas del campo popular, sobre todo las organizaciones políticas de la izquierda marxista o clasista y revolucionario, tienen el deber de denunciar la bastardía del CEN de la COB. La experiencia nos ha demostrado que la clase obrera, no es revolucionaria por si misma, sino su naturaleza revolucionaria, depende del nivel de su formación, conciencia de clase y maduración política. Para esto, no bastará le denuncia, sino que es necesario llevar a cabo una tarea de esclarecimiento político y una  lucha sin cuartel en los sindicatos, en las organizaciones de base de los trabajadores, cualquiera sea el sector, sean mineros u obreros industriales, trabajadores dispersos en el campo, en los barrios marginales, entre los intelectuales, los jubilados,  los maestros y en general de todos los trabajadores para rescatarlos del marasmo del populismo masista, pseudo indigenista y pseudorevolucionario. La lucha ideológica debe ser incansable y sin cuartel. Ni un paso atrás.  

Cada día que pasa nos muestra cómo la corrupción está terminando por pudrir al populismo masista que no puede ser contenida ni por medio de la sumisa e incondicional de tribunales y jueces prebendalizados. 

En este contexto, debemos denunciar que el llamado “aumento de salarios”, no es, ni siquiera una reposición del perdido valor adquisitivo perdido durante este año y por tanto, es una ofensa a los trabajadores. La propuesta del gobierno que seguramente se cocinará con el respaldo de la COB, no es otra cosa que el resultado de la sumisión del gobierno ante la empresa privada, ante quienes consulta diligentemente el aumento de sueldos y salarios. El “tonto útil” de esta operación, es la dirección populista de la COB que no  tiene valor, ni la moral para  interpelar al Estado burgués, porque recibió el precio de su claudicación, no hace días atrás, regalos o donaciones del gobierno, como cualquier cortesana del poder. 

Se ha acabó la bonanza de los precios internacionales de las materias primar y más temprano que tarde, el gobierno castigará al pueblo con medidas draconianas de ajuste que deberá pagar los salarios de los trabajadores. El cuento de la industrialización solo ha puesto en descubierto una estructura corrupta que se alimenta de los sobreprecios y los diezmos y la mayor parte de los ministerios e instituciones públicas, están hundidos en el lodo de la corrupción. La respuesta del movimiento obrero y popular, será la denuncia y la resistencia sostenida; para esto, debemos extirpar el oportunismo de los dirigentes prebendales, no solo de los sindicatos, sino de las Federaciones y la propia CENTRAL OBRERA. Para esto, es necesario derrotar en las bases a la COB populista, corrupta, oportunista y prebendal. Debemos mandar al basurero de la historia la colaboracionistas y traidora Tesis del XVI Congreso de Tupiza y reponer la Tesis Socialista de 1970 por ser clasista y revolucionaria, la que nos debe plantear nuevas estrategias y nuevos objetivos de lucha.

¡LA LIBERACIÓN DE LOS TRABAJADORES, SERÁ OBRA DE ELLOS MISMO!
¡RESCATEMOS LA TRADICIÓN REVOLUCIONARIA DE LA CENTRAL OBRERA BOLIVIANA!
¡RESTABLECER EL CARÁCTER REVOLUCIONARIO DE LOS DOCUMENTOS ORGÁNICOS DE LA COB!
¡LEALTAD A LOS ESTATUTOS ORGÁNICOS DE LA COB!
¡VIVA LA TRADICIÓN REVOLUCIONARIA DEL PROLETARIADO BOLIVIANO!
¡EL PROLETARIADO MINERO DEBE RECUPERAR SU ROL HISTÓRICO DE VANGUARDIA DEL MOVIMIENTO OBRERO Y POPULAR!
¡LA COB REVOLUCIONARIA DEBE VOLVERÁ AL SENO DE CONADE Y ENCABEZAR LA LUCHA POR EL RESCATE DE LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS!
¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO!
¡EL PROLETARIADO BOLIVIANO DE PIE, NUNCA DE RODILLAS!
¡POR NUESTRA CLASE Y POR NUESTRO PUEBLO!
¡LA REBELION SE JUSTIFICA!
 Por el Secretariado Nacional
PARTIDO COMUNISTA DE BOLIVIA (REVOLUCIONARIO)
La Paz, 27 de abril de 2018.