Desde el inicio del proceso de
reorganización del viejo Estado boliviano
burgués y terrateniente, mas propiamente a partir del proceso
constituyente, los trabajadores, los pobres del campo y de las ciudades fueron
influenciados perniciosamente por la emergencia de la ideología del indigenismo,
que es negadora de la lucha de clases y negadora de la necesidad de la toma del poder
político del Estado por parte los
oprimidos y explotados, para construir sobre sus escombros un verdadero Nueveo Estado y una Nueva Democracia.
El indigenismo es portador de
una concepción ideológica subjetivista, reduccionista
y conciliadora con los opresores y explotadores a cambio de reivindicaciones de
carácter étnico cultural en la superestructura de la sociedad. Es reaccionaria
y pro burguesa porque desarma y adormece
a los pobres del campo y las ciudades frente a sus verdaderos enemigos de
clase, con quienes propone la conciliación mediante relaciones sociales de
armoniosidad y complementariedad, de distribución y redistribución
de los espacios de poder estatal entre las distintas facciones de la clase
dominante en nuestro país.
Esta ideología pro burguesa, elaboró
varios conceptos y categorías como, lo plurinacional, interculturalidad,
intraculturalidad, pluralidad económica, pluralidad jurídica, descolonización, vivir
bien y otras que en realidad son verdaderas “pachamamadas”(*)que responden
a una manera de ver, pensar y sentir la realidad objetiva de forma subjetiva,
aislada, superficial y fragmentada, ignorando el carácter antagónico de la lucha de clases, la
existencia de oprimidos y explotados, y
la opresión nacional. En suma desconoce la totalidad social concreta, lo cual
revela su esencia anticientífica, especulador y elucubrador fundado en mitos,
supersticiones, leyendas, supercherías y demás dislates que desvían la lucha revolucionaria
de los trabajadores y del pueblo, hacia políticas de reformas al viejo Estado, “refundándolo”.
Conciben al Estado Plurinacional
(que en realidad no es más que el mismo viejo Estado con otro nombre), como a
un sujeto supranacional, negando su carácter clasista (en realidad es corporativo etno culturalista) encarnado por su “jefazo”, quien todos los individuos y
grupos sociales deben someterse incondicionalmente, porque es un especie de mesías enviado para
redimir a los pueblos indígena originario campesinos (Por eso desprecia a los
trabajadores cuando reclaman sus derechos y reivindicaciones económicos
calificándolos como enemigos del “proceso de cambio”, derechistas y golpistas). El "jefazo" exige que todos nos sacrifiquemos por el Estado Plurinacional.
La reorganización estatal
producto de un proceso constituyente derivado, no fue precedida por una
revolución donde las masas y el pueblo hayan destruido el viejo orden desde
abajo para sustituirlo con un nuevo orden, porque el levantamiento popular de
octubre 2003 fue desviado por la reacción, la burguesía y el imperialismo hacia
una sucesión constitucional y luego hacia un proceso constituyente para
reordenar el Estado y de esta manera conjurar el peligro de una revolución. La
Asamblea Constituyente jamás tuvo un carácter originario, fue el resultado de
una convocatoria del mismo viejo orden estatal, y no así de una auto
convocatoria de las masas y del pueblo para constituir un nuevo Estado, la
República Popular de Bolivia.
A la reorganización del viejo
Estado, los indigenistas lo denominan “proceso de cambio” ,que en rigor a la
verdad, el cambio no opera en la base o la estructura económica de sociedad,
sino en la superestructura mediante una nueva legislación que al final resulta
igual o peor que la anterior. En efecto, así sucede con el Art. 306 de la Constitución Política del Estado que constitucionaliza el modo de producción
capitalista, el cual por ser el principal en nuestro país, subordina tras de sí
a los otros modos de producción, fundamentalmente a los de carácter precapitalista bajo la
categoría de “Modelo de Economía Plural”, lo cual explica del por qué el
gobierno del MAS no habla de opresores, explotadores ni patrones, sino de
socios o hermanos No reconocen la lucha de clases, sino la complementariedad de
clases sociales, o sea el colaboracionismo y en suma la conciliación de clases
(bonapartismo), donde los patrones,
opresores y explotadores, no son enemigos,
sino “socios” de los hermanos plurinacionales.
.
La reorganización estatal, persigue
que el viejo Estado sea más funcional, optimo y eficiente dentro del sistema
mundial del capitalismo, por eso lo mistifican y lo defienden con uñas y
dientes cuando se siente amenazado, mediante la violencia reaccionaria (la
misma que siempre fue utilizada para reprimir y masacrar a los trabajadores)
como sucedió en el mes de mayo de esta año, en la lucha económica de los
trabajadores cuando fueron salvajemente reprimidos. Evo Morales, se desespera y
dice “Pequeños grupos quieren asaltar al Estado “ [1];
de la misma manera lo hace el repugnante
revisionista institucional Jorge Echazu Alvarado, del exPCml en su blog spot, al referirse a la lucha de los trabajadores dice que “ La derecha reaccionaria
y el trotskismo, juntos pretenden alcanzar el poder“[2].
El indigenismo, desde un
principio intentó influenciar ideológicamente sobre los trabajadores y el
movimiento popular para desarmarlo de su instinto revolucionario, e incluso influyó
sobre algunos izquierdistas despistados que en su momento de manera ingenua,
convenían que un gobierno a la cabeza de un indígena era suficientemente
revolucionario.
La lucha de los trabajadores del
país por el cien por cien de jubilación, en contra de la política gubernamental
de discriminación social (100% FFAA, 80% Policia, y 70% trabajadores), fue un
momento material de deslindamiento del campo popular y revolucionario frente a
un gobierno anti obrero y antipopular al servicio de la empresa privada y las
transnacionales, cuyos intereses los defendió haciendo uso de la violencia
reaccionaria, calificando a los trabajadores como golpistas, derechistas, y
demás ridiculeces como que la “USAID se une a la COB y coordina la conspiración
antes de mandarse a jalar”[3], según Jorge Echazu.
Los trabajadores y el pueblo
protagonizaron una gran lucha de masas a
nivel nacional, jamás vista desde el inicio de la reorganización del viejo
Estado, logrando arrinconar y recluir al
gobierno en el Palacio de Gobierno, ni siquiera con el propósito de su
derrocamiento, sino demandando una jubilación del cien por cien, o sea una
lucha fundamentalmente de carácter económico, que desnudó la esencia anti obrera,
antipopular, demagógico y fascistoide del gobierno, por sus métodos y prácticas más reaccionarias.
El campo del movimiento obrero y
popular fue deslindado frente a un gobierno obsecuentemente anti obrero y antipopular,
demagógico y facistoíde, que por su xtrema crueldad e insensibilidad social supera a los anteriores gobiernos neoliberales, defensores del
viejo Estado burgués y terrateniente, y de la burguesía compradora.
Los revolucionarios del mundo
deben saber sobre el papel de celestinos
del revisionismo en nuestro país, Estos que
de palabra son revolucionarios y en los hechos unos repugnantes reaccionarios y
obsecuentes servilistas (Pcb de Marcos
Domic y el PCml de Jorge Echazu), enemigos de los trabajadores y del movimiento popular, que en
sus desvaríos intelectuales (propios de los que usufructúan el poder del viejo
Estado) afirman que su apoyo es "crítico y propositivo" al proceso de
reorganización del viejo Estado, que es un verdadero proceso revolucionario y que transitamos acia el socialismo. Los trabajadores aún se acuerdan cuando el
revisionista Jorge Echazu Alvarado del PCml, decía que el “capitalismo andino”
estaba siendo propiciado por Álvaro García Linera, Vicepresidente de Bolivia,
como representante de la derecha reformista en el gobierno del MAS[4].
¿Acaso olvido cuando escribía sobre la verdadera cara del actual Vice Pdte,. quien ahora es su valioso hermano?[5]
El capitalismo andino fue el
programa de gobierno del MAS que ahora en los hechos podríamos decir
categóricamente fue materializado. La reorganización estatal sirvió para ello y
la nueva burguesía burocrática del viejo
Estado, está constituida por nuevos ricos o burgueses indígenas o campesinos
ricos, cuyos intereses de clase están indisolublemente ligados a los intereses
de la gran burguesía y los
terratenientes, y consiguientemente a las transnacionales. Por eso el gobierno
del MAS y los tontos útiles de los revisionistas institucionales del Pcb de
Marcos Domic y del exPCml de Jorge Echazu,
defendieron desesperadamente los intereses de la empresa privada para
rechazar categóricamente la reposición del aporte tripartito (aporte laboral,
patronal y estatal) para la jubilación del cien por cien de los trabajadores de
nuestro país.
El gobierno del viejo Estado y
sus sayones del revisionismo institucional, (pcb de Domic y el pcml de Echazú) no vacilaron en recurrir a la
movilización de sus huestes utilizando métodos fascistoides para enfrentar,
atacar y agredir a los trabajadores movilizados por sus justas demandas de reivindicación económica.
Finalmente, asustado y desesperado el gobierno ante el vigoroso movimiento general de
los trabajadores del país, convocó a sus
huestes “masistas” para defender la
Democracia y el Proceso de Cambio. Ante la inminencia de que el gobierno estaba
dispuesto a ensangrentar y masacrar a
los trabajadores, estos se replegaron tácticamente conservando intacto la
organización de la movilización y sus métodos de lucha. El gobierno confundido por la
extraordinaria madurez política de los trabajadores, aprovechó la oportunidad
para que en la Plaza Villarroel, sus huestes proclamen al binomio
presidencial para las elecciones generales del 2014, donde se arengo públicamente la necesidad de refundar una Central Obrera Plurinacional, o una Central Obrera
paralela, sumisa al Estado Plurinacional y
su gobierno.
Los rasgos fascistoides en el gobierno del proceso de cambio, son evidentes y de ninguna manera son meras especulaciones, debido a que en el interior del MAS existen una variedad de tendencias y corrientes políticas e ideológicas que comparte los privilegios del poder, y resulta que las más reaccionarias, son las que en situaciones de una vigorosa e impetuosa movilización de los trabajadores afloran y se materializan en llamamientos reaccionarios para hacer frente a los trabajadores, exaltando irracionalmente a la defensa del Estado Plurinacional y de su conductor, exigiendo lque todos se sometan a el y a su "Jefazo", incluso a costa de la destrucción política de la Central Obrera Boliviana o su sustitución por otra Central mas servil y funcional[6] a la reorganización del viejo Estado, porque para el "Jefazo", “la verdadera COB son los sectores que apoyan el proceso”[7]. Claro para el oficialismo no importa que este sea constituido sobre la base de pequeños o medianos propietarios de medios de producción (aunque no estén los trabajadores).
Sin embargo, muy a pesar la dura represión en Mayo, los ataques de las huestes
masistas, el despliegue descomunal del poder mediático oficialista para
desprestigiar a los trabajadores, la táctica de dilatación, desgaste y
dispersión empleada por el gobierno, la lucha unitaria de los trabajadores por
sus reivindicaciones económicas que tuvo un carácter nacional, logró de manera extraordinaria desenmascarar y desnudar el verdadero carácter anti obrero
y antipopular del gobierno, é incluso el descubrimiento de sus rasgos fascistoides. Esta fuera de toda duda que el gobierno defiende intransigentemente
los intereses de la empresa privada y de la burguesía compradora en su
conjunto, defiende los intereses de las transnacionales, y los intereses del mismo viejo Estado
burgués terrateniente. Los trabajadores resistieron los embates de la violencia reaccionaria estatal y de las
mesnadas masistas, llegando a ganarse el apoyo y simpatía de la población urbana en
algunas ciudades (en la ciudad de La Paz aplaudían la marcha de los trabajadores y
rechazaban la movilización de las mesnadas masistas).
Los trabajadores no fueron derrotados, el derrotado fue el gobierno
porque fue desenmascarado su carácter anti obrero, antipopular y fascistoide.
Descubierto su verdadera esencia pro patronal, pro burgués, pro imperialista, y
enemigo de los pobres del campo y de las ciudades. Fue desnudado su farsa y
demagógico discurso pseudorevolucionario y anti antiimperialista. El campo popular y revolucionario fue
deslindado por la accion resuelta de los trabajadores del país.
No podemos negar que en al interior de la COB existen algunos
dirigentes funcionales al gobierno, dirigentes prebendales y sin conciencia de
clase, estos tendrán que rendir cuentas a sus bases, y dotarse de verdaderos
cuadros dirigenciales incorruptibles con convicción revolucionaria. El gobierno
continuará con su política de dividir y reinar, e incluso en su intensión de
capturar a la COB, en su caso destruirlo o sustituirlo con una Central Obrera
Plurinacional conformado esencialmente por pequeños y medianos propietarios de
sus propios medios de producción.
No negamos que los efectivos de la Policía aprovecharon la movilización
de los trabajadores para poder obtener ventajas y beneficios, incluso la promesa
del estudio de una jubilación del cien por ciento,
porque el gobierno temió un motín policial que podía haber revelado otro
momento de la crisis estatal, que por cierto podría haberle debilitado, aunque no desestabilizarlo (como
temerosamente pensaban), debido a que las Fuerzas Armadas son el sustento y
garantía mas sólido con la que cuenta el proceso de reorganización del viejo
Estado burgués y terrateniente. Además, los trabajadores jamás se plantearon el
derrocamiento del gobierno, sino una jubilación del cien por ciento de sus
salarios, en el contexto de una lucha económica, y no así en el contexto de una
lucha política para la toma del poder político del Estado, porque aun no existe
un Partido de nuevo tipo para los trabajadores, capaz de organizarlos y
comandarlos hacia su objetivo estratégico de acuerdo a las condiciones
objetivas y subjetivas del momento.
Está demostrado que en las próximos combates clasistas, que sin duda
devendrán contra este u otro gobierno de turno del viejo Estado, los
trabajadores tienen el desafío inexcusable de acumular y sumar fuerzas logrando
pactos o alianzas con los otros sectores populares que históricamente siempre
fueron sus aliados. Los campesinos
pobres, los pobres del campo y de las ciudades, el proletariado minero de las
Empresas de Cooperativas Mineras, el movimiento universitario y de los
estudiantes de secundaria deben confluir hacia un torrente popular de
movilización y lucha por sus derechos y reivindicaciones socioeconómicas.
Asimismo, los dirigentes oficialistas
como en la Central Obrera Regional de el Alto, deben ser interpelados y
sustituidos con los mejores elementos de las bases para dotarse de direcciones
revolucionarias antes que de direcciones serviles y sumisas a los intereses de
la burguesía burocrática, de la burguesía compradora y los terratenientes. En esta lucha es necesario unir las reinvindicaciones del movimiento indígena (no con los indigenistas), el cual fue traicionado y engañado por el gobierno que dizque representa sus intereses, impostura que fue tambien desenmascarada en la violenta represion de "Chaparina".
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