El 30 de abril de 2015, conmemoramos el 2º Aniversario de la conformación del Comité de Reconstrucción del Partido Comunista de Bolivia, convencidos que en nuestro país jamás habrá revolución, que no sea bajo la dirección y vanguardia de un verdadero Partido Comunista de nuevo tipo, guiados por el pensamiento de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, grandes maestros de la revolución mundial del proletariado.
Avanzamos, muy a pesar del gran cerco ideológico del enemigo de clase que busca desarmar y adormecer a los oprimidos y explotados de nuestro país y del mundo entero, mediantes teorías e ideologías proburguesas de apariencia revolucionaria (como el posmodernismo, nuevo rostro de la socialdemocracia). Nucleamos a valiosos camaradas templados en la fragua del marxismo leninismo, é incorporamos a la juventud rebelde en la estructura de la organización partidaria, con plenos derechos y obligaciones de militantes íntegros (no como reserva, ni auxiliares del Partido, como lo concibe el revisionismo).
Hicimos de la “independencia” y del “auto sostenimiento económico” partidario, principios rectores de nuestra organizacion, sin dejar de mantener relaciones fraternas con otros Partidos hermanos, y sin renunciar al “internacionalismo proletario”, apoyando militantemente la lucha democrática, revolucionaria y antiimperialista de todos los pueblos del mundo, de los movimientos de liberación nacional, y las guerras populares guiados por sus heroicos Partidos Comunistas.
Estamos convencidos en la necesidad de la unidad del movimiento comunista en nuestro país y en el mundo entero sobre la base de la ideología del proletariado: el marxismo leninismo. Somos consientes que el “revisionismo” en todas sus especies (revolucionarios de palabra y reaccionarios en la práctica) son el obstáculo para la unidad y el avance de la lucha democráticas y revolucionaria de los trabajadores y de los pueblos del mundo. Por eso, es tarea de todo comunista, de todo marxista leninista, desarrollar la lucha ideológica irreconciliable contra el revisionismo.
La reorganización del viejo Estado boliviano (devenido en Plurinacional bajo el modelo del capitalismo andino) se despliega con el marco teórico de la ideología del posmodernismo (multiculturalismo, decolonialidad, interculturalismo, mitos, leyendas, supersticiones, fantasías y etc.) con intensa radicalidad de la democracia liberal burguesa corporativizada (en medio de una retórica antiimperialista) y ultraconservadurismo de las relaciones sociales de producción capitalista para reproducir y tratar de perpetuar el sistema capitalista. En sentido estricto de la palabra, El MAS no es un partido revolucionario, sino una asociación corporativa de los denominados movimientos sociales donde cohabitan diversas tendencias políticas e ideológicas que materializan la “complementariedad”, “reciprocidad”, “correspondencia” y “armoniosidad”, incluso con nuestros enemigos de clase. Ante esta realidad, hemos propuesto la unidad de las organizaciones revolucionarias, democráticas y antiimperialistas para constituir un gran Frente Popular, como verdadero instrumento político de los trabajadores y campesinos, de los pobres del campo y de las ciudades, de los intelectuales comprometidos con su pueblo, de los estudiantes antiimperialistas y revolucionarios, en la perspectiva de una gran revolución democrático y popular. Nuestra posición con relación al Partido de los Trabajadores (casi desmantelado por el gobierno del MAS, por temor de que su falso discurso antiimperialista sea desenmascarado por verdaderos y consecuentes antiimperialistas) fue de que se convierta en un Frente.
El gobierno del MAS, y su modelo de capitalismo andino, no resolverá la crisis del viejo Estado boliviano. Su bancarrota en las elecciones locales provocada por sus propios deshaciertos, pueden allanar el camino para que otras facciones de la burguesía se alternen en lo posterior en el ejercicio del poder político para intentar resolver la crisis estatal. Su declive, por el momento, parece ser irreversible en medio de escandalosas denuncias de corrupción en el Fondo Indígena (de que “los indígenas son la reserva moral del país” fue otra pachamamada posmodernista). El paradigma de “vivir bien” funcionó exitosamente para los burócratas masistas, excepto para los pobres de nuestro país.
Frente a la coyuntura internacional, caracterizada por la contradicción interimperialista entre las potencias imperialistas decadentes y las potencias imperialistas emergentes que se disputan la hegemonía mundial y los recursos naturales de los pueblos y naciones oprimidas, afirmamos que ante la posibilidad de una guerra interimperialista, guerra de intervención o invasión principalmente por parte del imperialismo yanqui, los trabajadores, campesinos, pueblos y naciones oprimidas del mundo debemos responder con guerras de liberación nacional o guerras populares.
En este segundo aniversario del Comité de Reconstrucción del Partido Comunista de Bolivia, la tarea de primer orden de todo comunista, sigue siendo la de continuar, persistir y perseverar en la línea de forjar un gran Partido Comunista de Bolivia de nuevo tipo, templado en la fragua del marxismo leninismo, la ideología invencible y todopoderosa del proletariado, guiados por el pensamiento de los grandes maestros de la revolución proletaria mundial, Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao. Aún cuando seamos un pequeño destacamento rojo, muy a pesar de las dificultades y el cerco ideológico reaccionario del posmodernismo (nuevo rostro de la socialdemocracia) no eludimos el honor de esta gran tarea revolucionaria. Como dijera Lenin, somos un “Pequeño grupo compacto, caminamos por una vía escarpada y difícil, bien agarrados de las manos. Por doquier estamos rodeados de enemigos, y nos es preciso marchar casi siempre bajo el fuego”. ¡Avanzamos camaradas!
Avanzamos, muy a pesar del gran cerco ideológico del enemigo de clase que busca desarmar y adormecer a los oprimidos y explotados de nuestro país y del mundo entero, mediantes teorías e ideologías proburguesas de apariencia revolucionaria (como el posmodernismo, nuevo rostro de la socialdemocracia). Nucleamos a valiosos camaradas templados en la fragua del marxismo leninismo, é incorporamos a la juventud rebelde en la estructura de la organización partidaria, con plenos derechos y obligaciones de militantes íntegros (no como reserva, ni auxiliares del Partido, como lo concibe el revisionismo).
Hicimos de la “independencia” y del “auto sostenimiento económico” partidario, principios rectores de nuestra organizacion, sin dejar de mantener relaciones fraternas con otros Partidos hermanos, y sin renunciar al “internacionalismo proletario”, apoyando militantemente la lucha democrática, revolucionaria y antiimperialista de todos los pueblos del mundo, de los movimientos de liberación nacional, y las guerras populares guiados por sus heroicos Partidos Comunistas.
Estamos convencidos en la necesidad de la unidad del movimiento comunista en nuestro país y en el mundo entero sobre la base de la ideología del proletariado: el marxismo leninismo. Somos consientes que el “revisionismo” en todas sus especies (revolucionarios de palabra y reaccionarios en la práctica) son el obstáculo para la unidad y el avance de la lucha democráticas y revolucionaria de los trabajadores y de los pueblos del mundo. Por eso, es tarea de todo comunista, de todo marxista leninista, desarrollar la lucha ideológica irreconciliable contra el revisionismo.
La reorganización del viejo Estado boliviano (devenido en Plurinacional bajo el modelo del capitalismo andino) se despliega con el marco teórico de la ideología del posmodernismo (multiculturalismo, decolonialidad, interculturalismo, mitos, leyendas, supersticiones, fantasías y etc.) con intensa radicalidad de la democracia liberal burguesa corporativizada (en medio de una retórica antiimperialista) y ultraconservadurismo de las relaciones sociales de producción capitalista para reproducir y tratar de perpetuar el sistema capitalista. En sentido estricto de la palabra, El MAS no es un partido revolucionario, sino una asociación corporativa de los denominados movimientos sociales donde cohabitan diversas tendencias políticas e ideológicas que materializan la “complementariedad”, “reciprocidad”, “correspondencia” y “armoniosidad”, incluso con nuestros enemigos de clase. Ante esta realidad, hemos propuesto la unidad de las organizaciones revolucionarias, democráticas y antiimperialistas para constituir un gran Frente Popular, como verdadero instrumento político de los trabajadores y campesinos, de los pobres del campo y de las ciudades, de los intelectuales comprometidos con su pueblo, de los estudiantes antiimperialistas y revolucionarios, en la perspectiva de una gran revolución democrático y popular. Nuestra posición con relación al Partido de los Trabajadores (casi desmantelado por el gobierno del MAS, por temor de que su falso discurso antiimperialista sea desenmascarado por verdaderos y consecuentes antiimperialistas) fue de que se convierta en un Frente.
El gobierno del MAS, y su modelo de capitalismo andino, no resolverá la crisis del viejo Estado boliviano. Su bancarrota en las elecciones locales provocada por sus propios deshaciertos, pueden allanar el camino para que otras facciones de la burguesía se alternen en lo posterior en el ejercicio del poder político para intentar resolver la crisis estatal. Su declive, por el momento, parece ser irreversible en medio de escandalosas denuncias de corrupción en el Fondo Indígena (de que “los indígenas son la reserva moral del país” fue otra pachamamada posmodernista). El paradigma de “vivir bien” funcionó exitosamente para los burócratas masistas, excepto para los pobres de nuestro país.
Frente a la coyuntura internacional, caracterizada por la contradicción interimperialista entre las potencias imperialistas decadentes y las potencias imperialistas emergentes que se disputan la hegemonía mundial y los recursos naturales de los pueblos y naciones oprimidas, afirmamos que ante la posibilidad de una guerra interimperialista, guerra de intervención o invasión principalmente por parte del imperialismo yanqui, los trabajadores, campesinos, pueblos y naciones oprimidas del mundo debemos responder con guerras de liberación nacional o guerras populares.
En este segundo aniversario del Comité de Reconstrucción del Partido Comunista de Bolivia, la tarea de primer orden de todo comunista, sigue siendo la de continuar, persistir y perseverar en la línea de forjar un gran Partido Comunista de Bolivia de nuevo tipo, templado en la fragua del marxismo leninismo, la ideología invencible y todopoderosa del proletariado, guiados por el pensamiento de los grandes maestros de la revolución proletaria mundial, Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao. Aún cuando seamos un pequeño destacamento rojo, muy a pesar de las dificultades y el cerco ideológico reaccionario del posmodernismo (nuevo rostro de la socialdemocracia) no eludimos el honor de esta gran tarea revolucionaria. Como dijera Lenin, somos un “Pequeño grupo compacto, caminamos por una vía escarpada y difícil, bien agarrados de las manos. Por doquier estamos rodeados de enemigos, y nos es preciso marchar casi siempre bajo el fuego”. ¡Avanzamos camaradas!
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