sábado, 19 de septiembre de 2015

LOS ESTATUTOS AUTONÓMICOS Y CARTAS ORGÁNICAS NO RESUELVEN LOS PROBLEMAS DE LAS REGIONES FRENTE AL EXCESIVO CENTRALISMO DEL NIVEL CENTRAL DEL ESTADO PLURINACIONAL.


ULTRARADICALES EN EL EJERCICIO DE LA DEMOCRACIA LIBERAL BURGUESA Y ULTRACONSERVADORES EN LA DEFENSA Y MANTENSION DE RELACIONES DE PRODUCCION CAPITALISTA Y PRECAPITALISTAS.

El viejo Estado boliviano en crisis, a partir de febrero de 2009 se encuentra en su nueva fase de reorganización bajo la forma estatal de “Estado Plurinacional”, que  conserva fundamentalmente las relaciones de producción de carácter capitalista y precapitalistas, con la denominación de “modelo de economía plural”, y que según el Vicepresidente Álvaro García Linera, se trataría del capitalismo andino, el cual como está demostrado, depende de los buenos precios de nuestra materia prima en el mercado del capitalismo mundial (relación de dependencia y atraso). 


En Bolivia, con la reorganización del viejo Estado en crisis, jamás se produjeron  cambios de tipo estructural, sino cambios de carácter superestructural de la sociedad, mediante la sustitución parcial de la antigua legislación dizque “republicana” y “colonialista”, por otra “nueva” legislación (pluralismo jurídico, pluralismo político, interculturalidad, intraculturalidad, “nuevos códigos”, revolución de la justicia, “gratuidad de la justicia”, elección de magistrados, radicalización de las penas, creación de nuevos tipos de delitos por doquier, etc.) que en los hechos, en el mayor de los casos, resultaron siendo iguales o peores que la anterior legislación (ej: crisis de la administración de la justicia, acentuación de la inseguridad ciudadana, fragmentación jurídica, crecimiento irracional de la burocracia estatal en todos los niveles de gobierno, desinstitucionalización de los cargos públicos, improvisación en la designación de cargos públicos, corrupción, negociados, tráfico de influencias, etc ). Debemos reiterar que parte de la anterior legislación, aún se encuentra vigente, entre otros el D.S. 21060 (Ley Constitucional del Estado Neoliberal, que no fue abrogado por el gobierno), la Ley 1178, Ley 2027, etc.

La ultradicalización del ejercicio de la democracia liberal burguesa que subalterniza la democracia participativa y la democracia comunitaria, mediante elecciones tras elecciones, consultas tras consultas, referendos tras referendos, no son más que prácticas millonarias de “democratismo”, que si bien permite que el pueblo decida en algunas cuestiones, sin embargo no resuelven en nada  la crisis del viejo Estado boliviano (que está que más depende de los precios de nuestra materia prima en el mercado capitalista internacional) aunque este haya adquirido su nueva forma como  Estado Plurinacional. Sin embargo, está también demostrado el ultraconservadurismo en la mantención y defensa de relaciones sociales de producción capitalista y precapitalistas bajo la categoría burocrática economicista constitucionalizada como Modelo de Economía Plural (patrones nó, socios sí). Esta es la esencia del modelo del capitalismo andino, al cual el gobierno del MAS lo denomina también discursivamente como una “revolución democrático cultural”, y hacer creer a nuestro pueblo que se está construyendo o transitando hacia el “socialismo comunitario”, en medio de un discurso antiimperialista y revolucionario,  como una forma de encubrimiento popular a la verdadera política gubernamental que también satisface a las diferentes facciones de la burguesía de nuestro país y consiguientemente a las transnacionales. No faltan ingenuos e incautos dentro de nuestro país y fuera de el, que creen que estamos viviendo un verdadero proceso revolucionario, así como no falta una tonta y desubicada ultraderecha (Tuto Quiroga, Doria Medina, Rubén Costas, y otros) que cree y jura  que en Bolivia existe un régimen de gobierno socialista y hasta comunista, en tanto que las otras facciones de la burguesía están satisfechas con el gobierno del MAS, al grado que la misma burguesía agroindustrial y terrateniente de Santa Cruz, lamentó públicamente la salida de Nemesia Chacollo, del gabinete de gobierno.

En el proceso de reorganización del viejo Estado boliviano que ahora adquiere la forma o tipo de Estado Plurinacional, como los mismos gobernantes lo han admitido, la nueva Constitución Política del Estado, sería una especie de programa de gobierno.  Consiguientemente las Leyes sustantivas y formales, los Estatutos y las Cartas Orgánicas, forman parte de la reorganización estatal. Los comunistas decimos que los problemas de nuestra sociedad obedecen a causas de carácter estructural, por lo que no pueden resolverse por muy ideal que resulte una Constitución Política, si no está precedida por una revolución capaz de destruir el viejo orden para sustituirla por un nuevo orden, donde las masas sean protagonistas de la historia bajo la conducción de su vanguardia política (el Partido Comunista, y no así por unos iluminados o sabelotodos u organizaciones corporativas, carentes de conciencia revolucionaria). Por eso,  las Leyes, Decretos, Resoluciones, Estatutos Autonómicos y Cartas Orgánicas, por muy novedosas que puedan aparentar estos, en realidad no resolverán la pobreza, la miseria, el atraso, el olvido, la postergación, el desempleo, y etc., ni aun con los rituales pachamámicos.

LA DESCENTRALIZACION ADMINISTRATIVA Y LA DESCENTRALIZACION POLITICA, ES EXCESIVAMENTE CENTRALISTA.

El Art. 1º de la Constitución Política del Estado, entre otros aspectos de la reorganización del viejo Estado boliviano en crisis, dice que Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, descentralizado y con autonomías. El Estado Plurinacional asume un sistema unitario de gobierno, el cual se entiende tanto en la teoría como en la doctrina del constitucionalismo burgués, como la característica fundamental de Estado centralista (centralismo político y centralismo administrativo). Ahora, que el centralismo sea mayor o menor (centralización política y centralización administrativa; descentralización política y descentralización administrativa), no afecta en modo alguno al carácter centralista del viejo  Estado Boliviano, aunque ahora haya adoptado su nueve forma estatal como Estado Plurinacional.

Desde la fundación de la República de Bolivia, el Estado boliviano, jamás llegó a culminar su plena materialización como un Estado nacional moderno, democrático, fuerte e institucionalizado en términos de la concepción liberal burguesa (aunque el Vicepresidente diga que el Estado Plurinacional es fuerte), muy a pesar de los vanos intentos frustrados de las clases dirigentes de nuestro país. Ahora no faltan algunos teóricos de pacotilla de la burguesía y de la pequeña burguesía, que creen y hasta están convencidos que la condición del atraso y dependencia de Bolivia, será resuelto con la descentralización  y las autonomías, dentro del  nuevo Estado Plurinacional. Desconocen que desde la fundación de la República de Bolivia, la lucha entre las distintas facciones de las clases dominantes se condensó entre los partidarios del centralismo y los partidarios de la descentralización, convencidos que en ellas se encontraba la solución de la construcción de un gran Estado Nacional fuerte, moderno, democrático, e institucionalizado. Se equivocaron, así como también consideramos que se esta repitiendo la historia, porque no se entiende o no se quiere entender que los problemas de la crisis del mismo Estado, se encuentran en la base y la estructura económica de nuestra sociedad, en el tipo de las relaciones sociales de producción capitalista que subordina a las otras relaciones de producciones de carácter precapitalista, las que hacen que nuestra sociedad sea caracterizada como atrasada, dependiente, semicolonial y semifeudal.


Por eso, las clases dirigentes del país, en diferentes momentos históricos, experimentaron formas de una mayor centralización o descentralización estatal (Ley de 21 de Junio de 1826, Decreto de 12 de febrero de 1838, Revolución Federal, Revolución de los Igualitarios, Referéndum de 1931, Ley 1654, Ley de Participación Popular, etc.), siendo que todas ellas fracasaron totalmente, por lo que la crisis del viejo Estado boliviano no fue resuelta por la vía de la centralización, ni por la vía de la descentralización.

Ahora, el gobierno, sus teóricos oficiosos y no oficiosos de la pequeña burguesía, le dicen a nuestro pueblo que, “si no votan por el SI a los Estatutos, no recibirán recursos económicos”; que “si no votan por el SI a los Estatutos no habrá pacto fiscal”; que “si no votan por el SI, la derecha ganará”,  “que si no votan por el SI, seguiremos atrasados”, “que ni no votan por el SI, no habrán recursos económicos para las obras publicas y servicios” etc. etc. Pero, lo cierto e  inobjetable es que, está demostrado históricamente que aun cuando exista mayor o menor centralidad, mayor o menor descentralización, mayor o menor autonomía, mayor o menor concentración administrativa, mayor o menor  desconcentración administrativa,  la estructura económica de nuestra sociedad continuará bien cimentada en las relaciones de producción capitalista y precapitalistas, verdaderas causas de que nuestra sociedad  sea atrasada, dependiente, semicolonial y semifeudal. El Estado Plurinacional, su Modelo de Economía Plural, la descentralización y autonomías (con excesiva centralidad política y administrativa) apunta a sostener y defender esta realidad, por eso es que nuestro país continúa siendo un simple productor y explotador de materias primas, de cuyos precios en el mercado internacional, depende nuestra economía y la misma estabilidad del gobierno.

Entre otros aspectos que revelan el excesivo centralismo del Estado Plurinacional, se sabe que el nivel central del gobierno continuará administrando aproximadamente el 83%  de los recursos económicos, y que los Estatutos y las Cartas Orgánicas no podrán modificar esta situación a favor de las Entidades Territoriales Autónomas (Gobiernos Autónomos Departamentales, Gobiernos Autónomos Municipales, Gobiernos Autónomos Regionales y Gobiernos Autónomos Indígena Originario Campesinos). El nivel central del gobierno, que como bien sabemos, defenderá a capa y espada el excesivo centralismo en materia de la disposición de los recursos económicos en el escenario tan esperado y postergado del “Pacto Fiscal”. Por eso en los Estatutos y Cartas Orgánicas, en su contenido no se hace ninguna referencia a estos recursos que concentra excesivamente el nivel central, y que solamente se limitaron a transcribir in extenso varias disposiciones de la Constitución Política del Estado y de la Ley Marco de Autonomías, porque la Constitución y las leyes sancionadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional tiene “candados” que no permitirán una mayor transferencia de recursos económicos por parte del nivel central del gobierno a favor de los niveles de gobierno locales. Subsidiariamente con la aprobación de los Estatutos Autonómicos, se podrán obtener recursos económicos vía creación de nuevos impuestos o contribuciones, que por cierto, se descargarán sobre las espaldas de nuestro pueblo. 

En rigor del verdadero significado y contenido del régimen de descentralización y autonomías concebidas en el Art. 1º de la CPE, afirmamos  sin temor a equivocarnos que las  Entidades Territoriales Autónomas en realidad no son “autónomas”, sino simples unidades de administración autárquicas con facultades de autoadministrarse bajo la subordinación del órgano rector de la administración pública del nivel central del gobierno, es decir del Ministerio de Economía y de otras entidades e instituciones centralizadoras del Estado Plurinacional. 

Sin embargo los oficiosos y no oficiosos técnicos y teóricos de pacotilla, insisten en   con argumentos de que “antes los gobiernos municipales no podían legislar y que ahora pueden hacerlo y dictar leyes municipales”. Lo cierto es que los Gobiernos Municipales siempre legislaban antes mediante “Ordenanzas Municipales”  y “Resoluciones Municipales” emitidas por el Concejo Municipal de acuerdo a las potestades normativas, deliberativas y fiscalizadoras. Lo que no dirán es que la actual Ley de Gobiernos Autónomos Municipales (Ley 482) suprimió la potestad coercitiva que antes tenían los Gobiernos Municipales con la abrogada Ley de Municipalidades, lo que constituye un grave retroceso de carácter centralizador. No reconocen que antes las prefecturas otorgaban personalidad jurídica con efectos de validez en todo el territorio nacional, y contrariamente ahora con la Ley 351 y su Decreto Reglamentario, los Gobiernos Autónomos Departamentales ya no pueden hacerlo, sino el Ministerio de Autonomías. Más ejemplos de excesivo centralismo del Estado Plurinacional, las hay. 

LAS AUTONOMIAS PUEDEN SER VIABLES O NO, EN CUALQUIER FORMA ESTATAL O SISTEMA ECONOMICO Y SOCIAL.

El modelo de la descentralización y las autonomías en nuestro país, es réplica del fallido modelo español en crisis. Es sabido públicamente que varios españoles trabajaron en la redacción de la nueva Constitución Política del Estado, quienes desde luego lo trasplantaron, a sabiendas que en España, está en su peor crisis (una ironía de los descolonizadores del Estado Plurinacional).

La descentralización administrativa (autarquía) y la descentralización política (autonomías)  no son ajenas a la estructura de la organización administrativa de países que tienen sistemas de gobierno unitario o federal. Pueden ser viables o no independientemente al tipo de la forma estatal o del sistema económico y social. En la ex Unión Soviética, también existieron las autonomías (Municipios, regiones, países autónomos, comarcar autónomas, etc.). Desde alguna izquierda despistada, se piensa erróneamente que Autonomía es igual a derecha o reacción, no comprenden que la autonomía consiste en el reconocimiento o transferencia de atribuciones desde el nivel central estatal a favor de las entidades territoriales (sean Municipios, regiones, departamentos, provincias etc.) pero, bajo la tuición del nivel central del Estado y de los parámetros establecidos en la Constitución Política.

Tanto la descentralización administrativa  y la descentralización política son formas de relacionamiento de la población de las unidades territoriales con el poder político estatal (sea este capitalista o socialista). En el caso de nuestro país donde se está queriendo construir el capitalismo andino, la descentralización y las autonomías no obstante ser la réplica del modelo español, tienen un sesgo más centralista que en el Estado Neoliberal, y los estatutos autonómicos y cartas orgánicas obedecen a esta línea de mayor centralismo administrativo y mayor centralismo político del Estado. Por eso, desde las diferentes regiones de nuestro país, las poblaciones que han podido percibir el excesivo centralismo del Estado Plurinacional, consideran que el modelo de descentralización y de autonomías ha fracasado, y empiezan a enarbolar la bandera del federalismo como una alternativa de solución a sus problemas o demandas regionales. Consideramos que el federalismo tampoco resolverá la crisis del viejo Estado boliviano en el contexto de cualquier tipo de capitalismo, aunque sea capitalismo andino.

LOS ESTATUTOS AUTONÓMICOS Y LAS CARTAS ORGÁNICAS NO RESOLVERÁN LA CRÍSIS DEL VIEJO ESTADO BOLIVIANO EN CRISIS.

Los comunistas, no podemos ser parte del engaño a nuestro pueblo en sentido de que los Estatutos Autonómicos y las Cartas Orgánicas, resolverán los problemas de la pobreza, la miseria, la exclusión, el atraso, el abandono, la postergación etc.,; no podemos engañar de que el Estado Plurinacional no es excesivamente centralista; no podemos engañar que si no votamos por el SI, las entidades territoriales autónomas no tendrán recursos económicos; tampoco podemos engañar en sentido de que el Modelo de Economía Plural no es capitalismo andino; no podemos engañar a nuestro pueblo de que existe el socialismo comunitario (aunque los teóricos del gobierno no sepan cómo explicar y convencernos); no podemos decir que el Estado Plurinacional, es un nuevo Estado  (cuando en realidad es el nuevo ropaje del viejo Estado boliviano); no podemos engañar ni mentir a nuestro pueblo que el D.S. 21060 ya no está vigente, cuando ni siquiera fue abrogado por el gobierno “revolucionario” del proceso de cambio;  etc. etc.

El modelo de descentralización y autonomías del Estado Plurinacional, como trasplante del alicaído modelo de autonomías de España, forma parte de la reorganización del viejo Estado boliviano en crisis, y es un intento de la nueva burguesía emergente y de las otras facciones de la burguesía de nuestro país partidarios de un mayor centralismo político y administrativo, para encarar y tratar de resolver la crisis estatal por la vía de la acentuación de un centralismo que retiene y concentra atribuciones y competencias de manera más creciente, aunque se hayan creado las autonomías departamentales, regionales e indígena originario campesinos (que en rigor a la verdad no son más que simples unidades administrativas autárquicas), razón por la que el nivel central del gobierno, se resiste a transferir el cincuenta por ciento de los recursos que administra a favor de las entidades territoriales autónomas, y en lugar de ello apuesta de que las entidades territoriales autónomas puedan obtenerlos por la vía de impuestos localizados en contra de la población (departamentales, municipales, regionales e indígena originario campesinos).   

La crisis del viejo Estado boliviano, no será resuelta mediante los estatutos autonómicos y las cartas orgánicas como la expresión de una mayor centralización del Estado del poder político y administrativo, cuando las verdaderas causas de su crisis se encuentran en la base o estructura económica de nuestra sociedad,  que determinan la condición de nuestro país, como atrasado y dependiente, semicolonial y semifeudal, realidad que demanda la necesidad de forjar un proyecto popular y antiimperialista desde el campo popular, que entre otros aspectos se plantee un verdadero Nuevo Estado, Nuevo Poder,  y una verdadera Nueva Democracia, que no tiene absolutamente nada en común con la "tonta oposición de la ultraderecha" encabezada por Doria Medina, Tuto Quiroga, Rubén Costas y etc., e incluso con la clásica y desgastada posición del trotskismo calloso del voto nulo o voto en blanco. 

¡NO A LOS ESTATUTOS AUTONÓMICOS Y CARTAS ORGÁNICAS QUE RESPONDEN AL EXCESIVO CENTRALISMO DEL ESTADO PLURINACIONAL!

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