ULTRARADICALES EN EL
EJERCICIO DE LA DEMOCRACIA LIBERAL BURGUESA Y ULTRACONSERVADORES EN LA DEFENSA
Y MANTENSION DE RELACIONES DE PRODUCCION CAPITALISTA Y PRECAPITALISTAS.
El viejo Estado boliviano en crisis, a partir de febrero de
2009 se encuentra en su nueva fase de reorganización bajo la forma estatal de
“Estado Plurinacional”, que conserva fundamentalmente
las relaciones de producción de carácter capitalista y precapitalistas, con la
denominación de “modelo de economía plural”, y que según el Vicepresidente
Álvaro García Linera, se trataría del capitalismo andino, el cual como está
demostrado, depende de los buenos precios de nuestra materia prima en el
mercado del capitalismo mundial (relación de dependencia y atraso).
En Bolivia, con la reorganización del viejo Estado en crisis,
jamás se produjeron cambios de tipo
estructural, sino cambios de carácter superestructural de la sociedad, mediante
la sustitución parcial de la antigua legislación dizque “republicana” y
“colonialista”, por otra “nueva” legislación (pluralismo jurídico, pluralismo
político, interculturalidad, intraculturalidad, “nuevos códigos”, revolución de
la justicia, “gratuidad de la justicia”, elección de magistrados, radicalización
de las penas, creación de nuevos tipos de delitos por doquier, etc.) que en los
hechos, en el mayor de los casos, resultaron siendo iguales o peores que la
anterior legislación (ej: crisis de la administración de la justicia,
acentuación de la inseguridad ciudadana, fragmentación jurídica, crecimiento irracional
de la burocracia estatal en todos los niveles de gobierno,
desinstitucionalización de los cargos públicos, improvisación en la designación
de cargos públicos, corrupción, negociados, tráfico de influencias, etc ). Debemos
reiterar que parte de la anterior legislación, aún se encuentra vigente, entre
otros el D.S. 21060 (Ley Constitucional del Estado Neoliberal, que no fue
abrogado por el gobierno), la Ley 1178, Ley 2027, etc.
La ultradicalización del ejercicio de la democracia liberal
burguesa que subalterniza la democracia participativa y la democracia
comunitaria, mediante elecciones tras elecciones, consultas tras consultas,
referendos tras referendos, no son más que prácticas millonarias de
“democratismo”, que si bien permite que el pueblo decida en algunas cuestiones,
sin embargo no resuelven en nada la
crisis del viejo Estado boliviano (que está que más depende de los precios de
nuestra materia prima en el mercado capitalista internacional) aunque este haya
adquirido su nueva forma como Estado
Plurinacional. Sin embargo, está también demostrado el ultraconservadurismo en
la mantención y defensa de relaciones sociales de producción capitalista y
precapitalistas bajo la categoría burocrática economicista constitucionalizada
como Modelo de Economía Plural (patrones nó, socios sí). Esta es la esencia del
modelo del capitalismo andino, al cual el gobierno del MAS lo denomina también
discursivamente como una “revolución democrático cultural”, y hacer creer a
nuestro pueblo que se está construyendo o transitando hacia el “socialismo
comunitario”, en medio de un discurso antiimperialista y revolucionario, como una forma de encubrimiento popular a la verdadera
política gubernamental que también satisface a las diferentes facciones de la
burguesía de nuestro país y consiguientemente a las transnacionales. No faltan ingenuos
e incautos dentro de nuestro país y fuera de el, que creen que estamos viviendo
un verdadero proceso revolucionario, así como no falta una tonta y desubicada ultraderecha
(Tuto Quiroga, Doria Medina, Rubén Costas, y otros) que cree y jura que en Bolivia existe un régimen de gobierno
socialista y hasta comunista, en tanto que las otras facciones de la burguesía
están satisfechas con el gobierno del MAS, al grado que la misma burguesía
agroindustrial y terrateniente de Santa Cruz, lamentó públicamente la salida de
Nemesia Chacollo, del gabinete de gobierno.
En el proceso de reorganización del viejo Estado boliviano
que ahora adquiere la forma o tipo de Estado Plurinacional, como los mismos
gobernantes lo han admitido, la nueva Constitución Política del Estado, sería
una especie de programa de gobierno.
Consiguientemente las Leyes sustantivas y formales, los Estatutos y las
Cartas Orgánicas, forman parte de la reorganización estatal. Los comunistas
decimos que los problemas de nuestra sociedad obedecen a causas de carácter estructural,
por lo que no pueden resolverse por muy ideal que resulte una Constitución
Política, si no está precedida por una revolución capaz de destruir el viejo
orden para sustituirla por un nuevo orden, donde las masas sean protagonistas
de la historia bajo la conducción de su vanguardia política (el Partido
Comunista, y no así por unos iluminados o sabelotodos u organizaciones
corporativas, carentes de conciencia revolucionaria). Por eso, las Leyes, Decretos, Resoluciones, Estatutos Autonómicos
y Cartas Orgánicas, por muy novedosas que puedan aparentar estos, en realidad
no resolverán la pobreza, la miseria, el atraso, el olvido, la postergación, el
desempleo, y etc., ni aun con los rituales pachamámicos.
LA DESCENTRALIZACION
ADMINISTRATIVA Y LA DESCENTRALIZACION POLITICA, ES EXCESIVAMENTE CENTRALISTA.
El Art. 1º de la Constitución Política del Estado, entre
otros aspectos de la reorganización del viejo Estado boliviano en crisis, dice
que Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, descentralizado y con autonomías. El Estado Plurinacional asume un
sistema unitario de gobierno, el cual se entiende tanto en la teoría como en la
doctrina del constitucionalismo burgués, como la característica fundamental de
Estado centralista (centralismo político y centralismo administrativo). Ahora,
que el centralismo sea mayor o menor (centralización política y centralización
administrativa; descentralización política y descentralización administrativa),
no afecta en modo alguno al carácter centralista del viejo Estado Boliviano, aunque ahora haya adoptado
su nueve forma estatal como Estado Plurinacional.
Desde la fundación de la República de Bolivia, el Estado
boliviano, jamás llegó a culminar su plena materialización como un Estado nacional
moderno, democrático, fuerte e institucionalizado en términos de la concepción
liberal burguesa (aunque el Vicepresidente diga que el Estado Plurinacional es
fuerte), muy a pesar de los vanos intentos frustrados de las clases dirigentes
de nuestro país. Ahora no faltan algunos teóricos de pacotilla de la burguesía
y de la pequeña burguesía, que creen y hasta están convencidos que la condición
del atraso y dependencia de Bolivia, será resuelto con la
descentralización y las autonomías,
dentro del nuevo Estado Plurinacional. Desconocen
que desde la fundación de la República de Bolivia, la lucha entre las distintas
facciones de las clases dominantes se condensó entre los partidarios del
centralismo y los partidarios de la descentralización, convencidos que en ellas
se encontraba la solución de la construcción de un gran Estado Nacional fuerte,
moderno, democrático, e institucionalizado. Se equivocaron, así como también
consideramos que se esta repitiendo la historia, porque no se entiende o no se
quiere entender que los problemas de la crisis del mismo Estado, se encuentran
en la base y la estructura económica de nuestra sociedad, en el tipo de las
relaciones sociales de producción capitalista que subordina a las otras
relaciones de producciones de carácter precapitalista, las que hacen que
nuestra sociedad sea caracterizada como atrasada, dependiente, semicolonial y
semifeudal.
Por eso, las clases dirigentes del país, en diferentes
momentos históricos, experimentaron formas de una mayor centralización o
descentralización estatal (Ley de 21 de Junio de 1826, Decreto de 12 de febrero
de 1838, Revolución Federal, Revolución de los Igualitarios, Referéndum de
1931, Ley 1654, Ley de Participación Popular, etc.), siendo que todas ellas
fracasaron totalmente, por lo que la crisis del viejo Estado boliviano no fue
resuelta por la vía de la centralización, ni por la vía de la descentralización.
Ahora, el gobierno, sus teóricos oficiosos y no oficiosos de
la pequeña burguesía, le dicen a nuestro pueblo que, “si no votan por el SI a
los Estatutos, no recibirán recursos económicos”; que “si no votan por el SI a
los Estatutos no habrá pacto fiscal”; que “si no votan por el SI, la derecha
ganará”, “que si no votan por el SI,
seguiremos atrasados”, “que ni no votan por el SI, no habrán recursos
económicos para las obras publicas y servicios” etc. etc. Pero, lo cierto
e inobjetable es que, está demostrado
históricamente que aun cuando exista mayor o menor centralidad, mayor o menor
descentralización, mayor o menor autonomía, mayor o menor concentración
administrativa, mayor o menor
desconcentración administrativa, la
estructura económica de nuestra sociedad continuará bien cimentada en las relaciones
de producción capitalista y precapitalistas, verdaderas causas de que nuestra
sociedad sea atrasada, dependiente,
semicolonial y semifeudal. El Estado Plurinacional, su Modelo de Economía
Plural, la descentralización y autonomías (con excesiva centralidad política y
administrativa) apunta a sostener y defender esta realidad, por eso es que
nuestro país continúa siendo un simple productor y explotador de materias
primas, de cuyos precios en el mercado internacional, depende nuestra economía
y la misma estabilidad del gobierno.
Entre otros aspectos que revelan el excesivo centralismo del
Estado Plurinacional, se sabe que el nivel central del gobierno continuará
administrando aproximadamente el 83% de
los recursos económicos, y que los Estatutos y las Cartas Orgánicas no podrán
modificar esta situación a favor de las Entidades Territoriales Autónomas (Gobiernos
Autónomos Departamentales, Gobiernos Autónomos Municipales, Gobiernos Autónomos
Regionales y Gobiernos Autónomos Indígena Originario Campesinos). El nivel
central del gobierno, que como bien sabemos, defenderá a capa y espada el
excesivo centralismo en materia de la disposición de los recursos económicos en
el escenario tan esperado y postergado del “Pacto Fiscal”. Por eso en los
Estatutos y Cartas Orgánicas, en su contenido no se hace ninguna referencia a
estos recursos que concentra excesivamente el nivel central, y que solamente se
limitaron a transcribir in extenso varias disposiciones de la Constitución
Política del Estado y de la Ley Marco de Autonomías, porque la Constitución y
las leyes sancionadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional tiene
“candados” que no permitirán una mayor transferencia de recursos económicos por
parte del nivel central del gobierno a favor de los niveles de gobierno
locales. Subsidiariamente con la aprobación de los Estatutos Autonómicos, se
podrán obtener recursos económicos vía creación de nuevos impuestos o
contribuciones, que por cierto, se descargarán sobre las espaldas de nuestro
pueblo.
En rigor del verdadero significado y contenido del régimen de
descentralización y autonomías concebidas en el Art. 1º de la CPE, afirmamos sin temor a equivocarnos que las Entidades Territoriales Autónomas en realidad
no son “autónomas”, sino simples unidades de administración autárquicas con
facultades de autoadministrarse bajo la subordinación del órgano rector de la
administración pública del nivel central del gobierno, es decir del Ministerio
de Economía y de otras entidades e instituciones centralizadoras del Estado
Plurinacional.
Sin embargo los oficiosos y no oficiosos técnicos y teóricos
de pacotilla, insisten en con argumentos de que “antes los gobiernos
municipales no podían legislar y que ahora pueden hacerlo y dictar leyes municipales”.
Lo cierto es que los Gobiernos Municipales siempre legislaban antes mediante
“Ordenanzas Municipales” y “Resoluciones
Municipales” emitidas por el Concejo Municipal de acuerdo a las potestades
normativas, deliberativas y fiscalizadoras. Lo que no dirán es que la actual
Ley de Gobiernos Autónomos Municipales (Ley 482) suprimió la potestad
coercitiva que antes tenían los Gobiernos Municipales con la abrogada Ley de
Municipalidades, lo que constituye un grave retroceso de carácter centralizador.
No reconocen que antes las prefecturas otorgaban personalidad jurídica con
efectos de validez en todo el territorio nacional, y contrariamente ahora con
la Ley 351 y su Decreto Reglamentario, los Gobiernos Autónomos Departamentales
ya no pueden hacerlo, sino el Ministerio de Autonomías. Más ejemplos de
excesivo centralismo del Estado Plurinacional, las hay.
LAS AUTONOMIAS PUEDEN
SER VIABLES O NO, EN CUALQUIER FORMA ESTATAL O SISTEMA ECONOMICO Y SOCIAL.
El modelo de la descentralización y las autonomías en nuestro
país, es réplica del fallido modelo español en crisis. Es sabido públicamente
que varios españoles trabajaron en la redacción de la nueva Constitución
Política del Estado, quienes desde luego lo trasplantaron, a sabiendas que en
España, está en su peor crisis (una ironía de los descolonizadores del Estado
Plurinacional).
La descentralización administrativa (autarquía) y la
descentralización política (autonomías)
no son ajenas a la estructura de la organización administrativa de
países que tienen sistemas de gobierno unitario o federal. Pueden ser viables o
no independientemente al tipo de la forma estatal o del sistema económico y
social. En la ex Unión Soviética, también existieron las autonomías
(Municipios, regiones, países autónomos, comarcar autónomas, etc.). Desde
alguna izquierda despistada, se piensa erróneamente que Autonomía es igual a
derecha o reacción, no comprenden que la autonomía consiste en el reconocimiento
o transferencia de atribuciones desde el nivel central estatal a favor de las
entidades territoriales (sean Municipios, regiones, departamentos, provincias etc.) pero, bajo la tuición del nivel central del Estado y
de los parámetros establecidos en la Constitución Política.
Tanto la descentralización administrativa y la descentralización política son formas de
relacionamiento de la población de las unidades territoriales con el poder
político estatal (sea este capitalista o socialista). En el caso de nuestro
país donde se está queriendo construir el capitalismo andino, la
descentralización y las autonomías no obstante ser la réplica del modelo
español, tienen un sesgo más centralista que en el Estado Neoliberal, y los
estatutos autonómicos y cartas orgánicas obedecen a esta línea de mayor
centralismo administrativo y mayor centralismo político del Estado. Por eso,
desde las diferentes regiones de nuestro país, las poblaciones que han podido
percibir el excesivo centralismo del Estado Plurinacional, consideran que el
modelo de descentralización y de autonomías ha fracasado, y empiezan a enarbolar
la bandera del federalismo como una alternativa de solución a sus problemas o
demandas regionales. Consideramos que el federalismo tampoco resolverá la
crisis del viejo Estado boliviano en el contexto de cualquier tipo de
capitalismo, aunque sea capitalismo andino.
LOS ESTATUTOS
AUTONÓMICOS Y LAS CARTAS ORGÁNICAS NO RESOLVERÁN LA CRÍSIS DEL VIEJO ESTADO
BOLIVIANO EN CRISIS.
Los comunistas, no podemos ser parte del engaño a nuestro
pueblo en sentido de que los Estatutos Autonómicos y las Cartas Orgánicas,
resolverán los problemas de la pobreza, la miseria, la exclusión, el atraso, el
abandono, la postergación etc.,; no podemos engañar de que el Estado
Plurinacional no es excesivamente centralista; no podemos engañar que si no
votamos por el SI, las entidades territoriales autónomas no tendrán recursos
económicos; tampoco podemos engañar en sentido de que el Modelo de Economía
Plural no es capitalismo andino; no podemos engañar a nuestro pueblo de que
existe el socialismo comunitario (aunque los teóricos del gobierno no sepan cómo
explicar y convencernos); no podemos decir que el Estado Plurinacional, es un
nuevo Estado (cuando en realidad es el
nuevo ropaje del viejo Estado boliviano); no podemos engañar ni mentir a
nuestro pueblo que el D.S. 21060 ya no está vigente, cuando ni siquiera fue
abrogado por el gobierno “revolucionario” del proceso de cambio; etc. etc.
El modelo de descentralización y autonomías del Estado
Plurinacional, como trasplante del alicaído modelo de autonomías de España,
forma parte de la reorganización del viejo Estado boliviano en crisis, y es un
intento de la nueva burguesía emergente y de las otras facciones de la
burguesía de nuestro país partidarios de un mayor centralismo político y
administrativo, para encarar y tratar de resolver la crisis estatal por la vía
de la acentuación de un centralismo que retiene y concentra atribuciones y
competencias de manera más creciente, aunque se hayan creado las autonomías
departamentales, regionales e indígena originario campesinos (que en rigor a la
verdad no son más que simples unidades administrativas autárquicas), razón por
la que el nivel central del gobierno, se resiste a transferir el cincuenta por
ciento de los recursos que administra a favor de las entidades territoriales
autónomas, y en lugar de ello apuesta de que las entidades territoriales
autónomas puedan obtenerlos por la vía de impuestos localizados en contra de la
población (departamentales, municipales, regionales e indígena originario
campesinos).
La crisis del viejo Estado boliviano, no será resuelta
mediante los estatutos autonómicos y las cartas orgánicas como la expresión de
una mayor centralización del Estado del poder político y administrativo, cuando
las verdaderas causas de su crisis se encuentran en la base o estructura
económica de nuestra sociedad, que determinan
la condición de nuestro país, como atrasado y dependiente, semicolonial y
semifeudal, realidad que demanda la necesidad de forjar un proyecto popular y antiimperialista
desde el campo popular, que entre otros aspectos se plantee un verdadero Nuevo
Estado, Nuevo Poder, y una verdadera
Nueva Democracia, que no tiene absolutamente nada en común con la "tonta oposición
de la ultraderecha" encabezada por Doria Medina, Tuto Quiroga, Rubén Costas y etc.,
e incluso con la clásica y desgastada posición del trotskismo calloso del voto
nulo o voto en blanco.
¡NO A LOS ESTATUTOS AUTONÓMICOS Y
CARTAS ORGÁNICAS QUE RESPONDEN AL EXCESIVO CENTRALISMO DEL ESTADO PLURINACIONAL!
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