EL
día de ayer en horas de la mañana, a una cuadra de la Plaza Murillo (donde se
encuentra el Palacio de Gobierno y la Asamblea Plurinacional), la Policía del
Estado Plurinacional, procedió a reprimir salvajemente y sin consideración
alguna una justa manifestación publica de niñas, niños y adolescentes
trabajadores que demandaban no ser excluidos y discriminados en el Proyecto de
Ley de Niña, Niño y Adolescentes, que los asambleístas plurinacionales de la
Asamblea Plurinacional (Parlamento burgués) vienen considerando. La población en general repudió esta cobarde y desproporcional violencia estatal, nada menos en contra de indefensos niños y niñas, por el solo hecho de exigir se respeten lo que ellos creen como derechos, que les permitan sobrevivir frente al total abandono de las politicas sociales del un gobierno que se declara revolucionario.
Los
comunistas estamos en contra de toda forma de explotación de los niños, niñas y
adolescentes por el sistema capitalista, explotación que debe desaparecer absolutamente
en una sociedad socialista, la que solamente puede ser edificada por los
trabajadores y su Partido de vanguardia: El Partido Comunista de Bolivia armado
de la invencible y todopoderosa ideología marxista, leninista y maoísta.
Sin
embargo, nuestro país se caracteriza por ser un país donde rige el sistema
capitalista con una sociedad semifeudal y semicolonial, dentro del cual el
viejo Estado boliviano bajo su nueva forma de Estado Plurinacional y su modelo
de “economía plural” (capitalismo andino) se reorganiza para ser más eficiente,
y de esta manera servir y defender mejor a los intereses de la burguesía, los
terratenientes, el imperialismo y las transnacionales, apoyado por los
“revisionistas siameses” de los Pcs[1]
de Marcos Domic y Jorge Echazú.
Es
así que la explotación del hombre por el hombre, e incluso de los niños, niñas
y adolescentes no ha cambiado en modo alguno en nuestro país. Contrariamente
esta explotación se intensifica bajo nuevas formas, aún cuando se sancionen
leyes de apariencia progresista con bombos y platillos que, en los hechos no se
cumplen, porque en el país continúan vigentes las relaciones económicas y
sociales de la semifeudalidad y semicolonialidad, que hacen inviable su
aplicación y consiguientemente la construcción de un Estado burgués
Plurinacional institucionalizado y con estado de derecho liberal.
Entre
tanto, los niños, niñas y adolescentes
están abandonados materialmente a su suerte por parte del Estado burgués
Plurinacional que ingenuamente cree que mediante bonos de carácter
prebendal ha resuelto el problema de la
explotación, la pobreza y exclusión social y económica de éstos. Pero en
realidad lo que hace es legalizar su explotación mediante el proyecto de Ley de
Niña, Niño y Adolescente a partir de la edad de los catorce años, lo cual es
considerado como injusta por los niños,
niñas y adolescentes menores a esa edad. Esta es la cruda realidad de la
explotación en nuestro país, lo cual desmiente en la práctica la gran farsa de
que en Bolivia se estaría construyendo el socialismo (según los ideólogos de
pacotilla del postmodernismo, “socialismo comunitario”). En todo caso es un
socialismo pequeñoburgués y reaccionario que niega la lucha de clases a partir
de la confrontación étnico cultural y exclusión de los pobres de las ciudades,
y de sus habitantes en general, a quienes consideran como “ningunos o
interculturales”[2].
Mientras
se encuentra en plena vigencia el capitalismo en nuestro país, aunque se llame
capitalismo andino (socialismo comunitario), la lucha de los trabajadores,
campesinos, indígenas, pobres del campo y de las ciudades, y la lucha de los
niños, niñas y adolescentes, tiene un carácter reivindicativo en este periodo, por lo que todos los revolucionarios y
comunistas debemos apoyar las justas demandas de los niños, niñas y
adolescentes en contra de la políticas de exclusión y discriminación social por
parte del proyecto de Ley del nuevo Código Niña, Niño y Adolescentes; y
exigir mediante la lucha movilizada de las masas, la creación material de centros estatales de alimentación,
capacitación y formación educativa, técnica, vocacional y profesional para que
las niñas, niños y adolescentes y no puedan verse en la obligación de ser
explotados, sobreexplotados, en permanente riesgo ante los peligros de la
delincuencia, indigencia, drogadicción y prostitución propios de una sociedad
capitalista putrefacta, la misma que ahora se disfraza de capitalismo andino o
socialismo comunitario.
¡LA
REBELION SE JUSTIFICA!
¡SALVO EL
PODER TODO ES ILUSION!
“El revisionismo es
una variedad de la ideología burguesa. Los revisionistas intentan borrar lo que
distingue al socialismo del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dictadura
burguesa. Lo que preconizan no es, de hecho, la línea socialista, sino la
capitalista.” (Mao Tse Tun)
[1] Nos
referimos a los falsos Partido Comunista de Bolivia de propiedad de Marcos
Domic, ahora embajador por Bolivia en México, y al Partido Comunista presidido
por Jorge Echazú que a cambio de unos miserables puestos en el aparato estatal
burgués y terrateniente. Ambos “siameses revisionistas” que con la eufemismo de
“apoyo crítico y propositivo”, respaldan incondicionalmente la reorganización del
viejo estado boliviano rebautizado como Plurinacional, a la cual llaman y lo
defienden como proceso revolucionario y en transición al socialismo. Mao Tse Tun,
dijo que “El revisionismo es una variedad de la ideología burguesa. Los revisionistas intentan borrar lo que
distingue al socialismo del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la
dictadura burguesa. Lo que preconizan no es, de hecho, la línea socialista,
sino la capitalista.”
[2] En el
Estado de Sudáfrica, Mandela concilió a los blancos y negros para construir un
Estado capitalista en la perspectiva de su modernidad, aboliendo la política
del apartheid social. En cambio en nuestro país, en total retroceso histórico se
las confronta antagónicamente a los “pluris” en contra de los pobres de las
ciudades y de los propios que habitan en ellas, a las que llaman “ningunos”
o interculturales. Por ejemplo en la época del colonialismo español, existían
los Municipios de los españoles, criollos y mestizos en las villas o ciudades;
y también existían los Municipios Indígenas. La nueva Constitución y las nuevas
leyes del Estado burgués y terrateniente Plurinacional, los restituyó plenamente, y como prueba de
ello es suficiente leer la Ley de Deslinde Jurisdiccional que entre otros
aspectos resulta siendo un total fiasco y engaño para los hermanos campesinos,
indígenas y originarios, a quienes además se los reprime como en el
Tipnis, se los divide y confronta entre
ellos, como sucede actualmente en el caso de CONAMAK.
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